#FÓRMULA 1
A VERSTAPPEN LE HUBIERA GANADO HASTA PÉREZ… SI EL MEXICANO NO HUBIERA EMBESTIDO A SAINZ
Espectacular, como casi siempre, el GP de Azerbaiyán en Bakú, que ganó Piastri, pero que todos recordaremos por el pedazo de accidente de Sergio Pérez y Carlos Sainz a una vuelta del final.
Publicado
hace 2 semanasel
Oscar Piastri le dio en Bakú el liderato de escuadras a McLaren
¡Por fin ha vuelto la Fórmula 1! Hace solo un año, Verstappen ganó 19 carreras de las 22 del Mundial, dejando las «migajas» para su compañero «Checo» Pérez (dos victorias) y para Carlos Sainz (una). En este Mundial 2024, el neerlandés «solo» ha ganado siete carreras, y por eso sigue líder destacado, con 59 puntos de ventaja sobre Lando Norris (más de dos carreras), pero ya se confirma que la tendencia ha cambiado: «SuperMax» solo ha conseguido dos podios (dos segundos) en las últimas siete carreras. La igualdad vuelve por fin al Gran Circo.
El Mundial de Verstappen no peligra
Aunque pocos creen que el de Red Bull pierda su cuarto Mundial consecutivo. ¿Y por qué? Porque su ya confirmado bajón no lo está aprovechando su principal rival, el británico Lando Norris (McLaren), que aunque tiene sin duda el mejor coche (ayer ganó su compañero Piastri), va «cagadita» tras «cagadita» dejando en el arcén la oportunidad que le está dando la historia. En Bakú Norris ya tiró su carrera el sábado, cuando no fue capaz ni de llegar a la Q2, clasificando decimoséptimo por culpa de una inoportuna bandera amarilla (por arriesgar demasiado). Y aunque una gran carrera le ascendió hasta la cuarta posición, el británico no sigue dando muestras de «campeón», y de hecho ya tiene a rebufo a Charles Leclerc (Ferrari), a 19 puntos; y a su compañero Piastri, a 33. En algo coinciden todos los aficionados a la F1: con dos carreras ganadas de 17 no se puede ser campeón del mundo.
Oscar Piastri ya es sin duda la revelación de la temporada
Piastri, todo un «veterano»
Hablando de dos triunfos, el australiano Oscar Piastri logró en Bakú el segundo triunfo de la temporada, y de su carrera, tras una carrera en la que se mostró más como un veterano tipo Alonso que como uno de los jóvenes, tras hacer una monumental pasada a Leclerc, que había salido desde la pole, y luego saber defender como un jabato la posición de líder, a pesar de que el monegasco estuvo en posición de DRS (menos de un segundo) la mayor parte de la carrera.
Gran oportunidad perdida precisamente por Charles Leclerc, que a pesar de tener a Verstappen muy lejos en la clasificación del Mundial (78 puntos, tres carreras), esos siete puntos extra le hubieran venido genial para, al menos, meterse en la lucha, visto que el neerlandés está atravesando el peor momento de sus últimas tres temporadas.
El accidente entre Sainz y Pérez
Y luego está el «show» final del accidente entre «Checo» Pérez y Carlos Sainz. El que esto escribe, y creo sinceramente que la mayoría de los espectadores, creyó que Sainz había cometido uno de los mayores errores de su carrera al querer cerrar la puerta a Pérez para no dejarle pasar, provocando un accidente que, por fortuna, no tuvo consecuencias físicas para ninguno de los dos pilotos, pero que pudo haber sido gravísimo.
Cuando Leclerc, con las ruedas traseras muertas, ya había dado por perdida la victoria, y se puso a preocuparse de que el mexicano de Red Bull no le quitara la segunda posición, se formó un trenecito Charles-Sergio-Carlos de poco más de segundo y medio entre los tres, y a falta solo de dos vueltas para la meta. Un ataque de Pérez, que a punto estuvo de adelantar a Leclerc, lo aprovechó Sainz para traspasar al mexicano durante unos segundos. Pero llegó una de las famosas curvas cerradas rodeadas de cemento de Bakú, y Sainz tuvo que frenar un poco para no embestir a su compañero, Leclerc. Esta circunstancia la aprovechó Pérez para intentar devolvérsela al madrileño pasándole por su izquierda. Y es entonces cómo asistimos estupefactos a la que creímos «sucia» maniobra de Sainz, pues su Ferrari giró en plena recta a la izquierda, provocando el choque con un Pérez que se quedó sin sitio para progresa, atrapado entre el Ferrari 55 y el muro de Bakú.
El choque, que fue terrible, se vio aderezado por la banda sonora de los insultos de Pérez hacia Sainz, preguntando: «¿Está loco? ¡Vaya idiota!». Mientras el presunto «idiota», todo un ejemplo de deportividad en su carrera en la F1, solo alcanzaba a preguntar, alucinado; «¿Qué ha pasado?». Y es en ese momento cuando todos, al ver la repetición, sobre todo la toma subjetiva del Ferrari, coincidimos en que sí había pasado algo raro, pues no se ve al madrileño girar el volante a la izquierda en ningún momento para obstaculizar a Pérez y, por tanto, provocar el accidente.
Pasaron los minutos, pasaron ambos pilotos a prestar declaración ante los jueces, para al final determinarse que la culpa era… de nadie. Sainz sí se había echado a la izquierda, pero antes del impacto, pues a punto había estado de comerse el muro por la derecha, y volvía a la pista. Porque fue Pérez el que, ansioso y rabioso por haber pasado de ambicionar la segunda posición de Leclerc, y perder la tercera con Sainz, no pudo o no quiso ver que el Ferrari, que marchaba por delante, necesitaba espacio para no darse con el muro, y en ese afán por devolverle el adelantamiento quiso meterse por donde no había sitio, y golpeó con su tren delantero el trasero de Sainz, provocando ese «giro antinatural» del madrileño que a todos nos había parecido tan «sucio».
Una lástima, porque una de las mejores carreras del año terminó bajo el «virtual safety car». El accidente de Pérez y Sainz le regaló un inesperado podio a George Russell (Mercedes). Norris, a pesar de todo, cabalgó y cabalgó hasta que, al menos logró superar a su gran rival, Verstappen, para terminar cuarto, también gracias al accidente final. El neerlandés, de no haber sido por este incidente, hubiera sido séptimo, pero al final terminó quinto.
Alonso, estratosférico sexto
Algo parecido le pasó a Fernando Alonso, que vio su octavo convertido en sexto al final de la carrera. Una posición estratosférica para un Aston Martin que cada día va a menos (habrá que espera meses, o incluso años, para que influya Adrian Newey en los resultados de los bólidos verdes). Uno de los momentos más brillantes de todo el fin de semana fue sin duda la clasificación del asturiano para la Q3 el sábado, con una vuelta mágica de las suyas que vuelve a situar el piloto muy por encima del coche en Aston Martin.
Y por lo demás, Hamilton solo pudo ser noveno tras salir desde el «pit-lane», confirmando que su temporada, la última en Mercedes, es una auténtica montaña rusa, tras haber ganado dos carreras antes de las vacaciones. El británico parece que está ya más concentrado en su paso a Ferrari el próximo 1 de enero.
McLaren, sin duda el equipo de moda del Mundial
McLaren, líder por equipos
Otro hecho destacable es que, tras el GP de Azerbaiyán, y con solo siete carreras para terminar el Mundial, McLaren ha consumado el «sorpasso» a Red Bull en el Mundial de constructores. Tras una década «hominosa», el histórico equipo británico parece que por fin confirma su vuelta a la élite.