#VIAJES Y RUTAS
JAMAICA SOBRE RUEDAS: PARA NO PERDERSE NADA
Cinco recorridos para hacer una inmersión en la isla caribeña y descubrir sus tesoros, además de las mejores playas.
Muchos de los que visitan Jamaica, y otras islas del Caribe, acuden atraídos por sus playas y optan por alojarse en un complejo turístico de todo incluido, con alguna salida puntual de las instalaciones. Gran error, porque recorrer la isla –la tercera más grande del Caribe– en coche es una toda una experiencia que permite conocer su esencia y sus secretos.
De sus 17.000 kilómetros de carreteras, estos road trips son de lo más recomendables:
Montego Bay-Negril (81 km de distancia), el más romántico
Negril, con sus playas infinitas de arenas blancas y sus inigualables puestas de sol, es el viaje más romántico con diferencia. La gran afluencia turística en la zona garantiza unas buenas carreteras, en buen estado.
Los acantilados de West End, desde el icónico (y siempre animado) Rick’s Café al faro de Negril, en el extremo occidental de la isla, ofrecen vistas privilegiadas, y especialmente al atardecer. A solo cinco minutos en coche se encuentra Barbey’s Flower & Hummingbird Garden, con su exuberante concentración de plantas exóticas y aves autóctonas, entre ellas, el singular pájaro doctor –también conocido como colibrí cola de golondrina–, e incluso alimentarlas.
En los alrededores de Negril, escondidas entre el follaje tropical, se hallan las cascadas de Mayfield, un lugar íntimo e idílico. Y a media hora de Negril, el manantial mineral Blue Hole, una poza de piedra caliza cuyas aguas tienen propiedades terapéuticas.
Kingston-Treasure Beach (144 km), el más aventurero
La escarpada costa sur de Jamaica, mucho menos transitada por el turismo, es perfecta para la travesía más aventurera y libre de multitudes. Eso sí, las carreteras están menos desarrolladas. Por el camino se cruzan hasta cinco parroquias, como Saint Elizabeth, donde se eleva Lover’s Leap, un espectacular acantilado –con una inquietante leyenda detrás– de casi 500 metros que domina el mar. Otra joya escondida es el pueblo costero Treasure Beach, conocido por su cultura ecológica y su ambiente comunitario. A una hora (en coche) de allí, están las cataratas YS, a menudo eclipsadas por las Dunn’s River Falls, que invitan a refrescarse en su cascada de siete niveles y aseguran una experiencia menos concurrida de la belleza natural de Jamaica.
Montego Bay-Falmouth, Trelawny (34 km), el más histórico
La carretera que parte de Montego Bay está en muy buenas condiciones y es un punto de partida perfecto para alquilar un vehículo. A unos 42 minutos por carretera se encuentra Falmouth, el “París de las Indias”, una visita obligada para cualquier amante de la historia. Entre los edificios más memorables se encuentra Vermont House, de soberbia arquitectura georgiana del siglo XVIII, actualmente la oficina de correos. La iglesia anglicana de St. Peter es el edificio más antiguo de la ciudad y alberga el famoso mercado costero Albert George Market.
Una de las actividades más populares en las proximidades de Falmouth es el descenso del río Martha Brae en una balsa de bambú. También merece mucho la pena desviarse hasta la hermosa Laguna Luminosa, hogar de millones de microorganismos bioluminiscentes que iluminan las aguas de un azul intenso cuando cae la noche, uno de los fenómenos más mágicos de todo el Caribe.
Ocho Ríos-Port Antonio (102 km), el más costero
Este trayecto, a través de vías serpenteantes por la orilla del mar, es un espectáculo en sí mismo. La carretera A, que se toma en la parroquia de St. Mary, y que enlaza directamente con la A4 hacia Portland, está asfaltada pero no en perfecto estado de mantenimiento. Pasando por el pueblo de Oracabessa se puede observar el famoso hotel Goldeneye, donde Ian Fleming encontró la inspiración para crear su personaje más famoso, James Bond. Firefly ofrece las vistas más espectaculares de la costa norte de Jamaica.
El apacible pueblo pesquero de Port Antonio debe su fama a las plantaciones de plátanos y al actor Errol Flynn, pues residía allí. Sus playas están entre las más codiciadas del país, especialmente Frenchman’s Cove, descrita a menudo como un paraíso terrenal, y Blue Lagoon.
Treasure Beach-Negril (99 km), el más salvaje
Este trayecto por carretera cruza algunos de los paisajes más vírgenes y exuberantes de Jamaica. Los más aventureros pueden embarcarse en un safari por el Black River para ver de cerca a los amigables cocodrilos entre los manglares. Por la zona se encuentra la fábrica Appleton Estate, que ofrece visitas guiadas para conocer la producción de ron.
En Saint Elizabeth se encuentra la avenida Holland Bamboo, uno de los lugares más fotografiables de la isla, aunque la carretera es francamente mala. Desde la bahía Parottee es conveniente reservar un paseo en barco hasta Floyd’s Pelican Bar para tomar una copa en medio del mar Caribe y probar el marisco más fresco de Jamaica, una experiencia imprescindible para todo el que viaje a la isla caribeña.
