«REGRESO AL PASADO» DEL DeLOREAN DMC-12, FRACASO COMERCIAL E ICONO CULTURAL
#TalDíaComoHoy se presentó en 1981 el DeLorean DMC-12, un fascinante ejemplo de cómo un fracaso comercial puede transformarse en un fenómeno cultural. Aunque inicialmente se enfrentó a numerosos desafíos en el mercado, su aparición en la película «Regreso al Futuro» lo catapultó a la fama, asegurando su lugar en la historia del cine y en la cultura popular.
El DeLorean DMC-12 es un automóvil que se convirtió en referencia al final del siglo pasado, no por su éxito en el mercado, sino por su transformación en un ícono cultural. Hagamos un «regreso al pasado» del DMC-12, desde su concepción y los desafíos a los que enfrentó en el mercado automovilístico hasta su resurrección como una leyenda del cine.
La criatura con su «doctor Frankenstein», John DeLorean
El sueño de John DeLorean
John DeLorean (Detroit, Michigan, EE.UU.1925; Nueva Jersey, 2005), un visionario de la industria del automóvil, dejó su puesto en General Motors para perseguir su sueño de crear un coche deportivo innovador. En 1975 fundó la DeLorean Motor Company con la ambición de desafiar las normas de la industria. El DMC-12, diseñado por Giorgetto Giugiaro, prometía ser un coche revolucionario con su carrocería de acero inoxidable y puertas de ala de gaviota.
Técnicamente, la carrocería era de acero inoxidable sin pintar, lo que le daba un aspecto futurista y resistente a la corrosión. Sus icónicas puertas de ala de gaviota son un elemento de diseño llamativo que contribuye a su estatus de culto. Bajo el capó, el DMC-12 está equipado con un motor V6 de 2.85 litros, desarrollado en colaboración con Peugeot, Renault y Volvo, que producía aproximadamente 130 caballos de potencia. Este motor estaba acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades o una automática de tres. Aunque su rendimiento no era excepcional para un coche deportivo, con una aceleración de 0 a 60 millas por hora en alrededor de 10,5 segundos, el DMC-12 compensaba sus limitaciones de velocidad con su diseño innovador y su manejo ágil, gracias a su chasis diseñado por Lotus.
Anuncio de TV del DeLorean en su lanzamiento (1981)
Desafíos en el mercado
A pesar de su diseño futurista, el DMC-12 se enfrentó a numerosos problemas desde el principio. La producción comenzó en 1981 en una planta en Dunmurry (Irlanda del Norte), pero se vio afectada por problemas de calidad y retrasos. El motor V6 no cumplía con las expectativas de rendimiento, lo que decepcionó a los entusiastas del automóvil.
La imponente presencia del DMC-12
El precio del DMC-12, que superaba los 25.000 dólares de la época, lo que también fue un obstáculo significativo, especialmente durante una recesión económica. Las ventas no alcanzaron las expectativas y la compañía se enfrentó a serios problemas financieros. En 1982 la DeLorean Motor Company se declaró en bancarrota, y la producción del DMC-12 cesó después de fabricar solo 9,000 unidades.
El interior del DMC-12, pelín diferente al de la película
La resurrección en «Regreso al Futuro»
El destino del DMC-12 cambió drásticamente en 1985 con el estreno de «Regreso al Futuro».(Robert Zemeckis). En la película, el DMC-12 era transformado en una máquina del tiempo por el excéntrico científico Doc Brown, interpretado por Christopher Lloyd, manejado, nunca mejor dicho, por Marty McFly (Michael J. Fox). La elección del DMC-12 no solo se debió a su apariencia futurista, sino también a su disponibilidad y precio accesible para la producción de la película.
La película fue un éxito rotundo, y el DMC-12 se convirtió en un ícono instantáneo. Su papel en la trilogía de «Regreso al Futuro» capturó la imaginación del público y aseguró su lugar en la cultura popular. El coche, que había sido un fracaso comercial, era ahora un símbolo de nostalgia y aventura.
Un fracaso comercial, pero un icono cultural
El legado cultural del DMC-12
Desde su aparición en «Regreso al Futuro», el DMC-12 ha mantenido un estatus de culto. Los fanáticos de la película y los entusiastas del automóvil han mantenido vivo el interés en el coche, organizando eventos, convenciones y exhibiciones dedicadas al DMC-12. Su diseño único y su asociación con la película han asegurado que siga siendo un objeto de deseo y admiración.
El DMC-12 también ha inspirado a una nueva generación de creadores y diseñadores, quienes ven en su historia un ejemplo de cómo la cultura puede redefinir el valor de un producto. A pesar de su fracaso inicial, el DMC-12 ha demostrado que el impacto cultural puede superar las limitaciones comerciales.
El éxito llega de la forma más inesperada
El DeLorean DMC-12 es un testimonio de cómo un fracaso comercial puede transformarse en un fenómeno cultural. Aunque enfrentó numerosos desafíos en el mercado, su resurrección en «Regreso al Futuro» lo ha asegurado como un ícono perdurable. La historia del DMC-12 es un recordatorio de que el éxito puede tomar formas inesperadas, y que la cultura tiene el poder de redefinir el legado de un producto.