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TOP CAMPSA: LOS CASETES QUE SONABAN EN NUESTROS ‘LOROS’

Arévalo, Sabrina, Bertín… En los años 80 no solo se oía la música de la «Movida». Las gasolineras de España ofrecían una «música alternativa» –por supuesto, en glorioso casete– que, en algún caso, sigue vigente 40 años después.

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TOP CAMPSA, LOS CASETES DE LOS 80
Algunas de las estrellas de los gloriosos casetes que se vendían, principalmente, en las gasolineras de los 80

Los años 80 supusieron una «revolución» política, social y cultural en toda España tras los oscuros años de la dictadura. Y aunque aquella década ha quedado para la historia como la de la «Movida», no solo madrileña, sino a nivel estatal en música, cine, arte, diseño, estilo y demás manifestaciones artísticas, no podemos dejar de mirar aquella «otra» España que seguía comiéndose viajes de muchas horas en coches sin aire acondicionado para ir al pueblo en Navidad o a la playa en verano. Viajes por carreteras de un solo sentido por carril en el que la música que acompañaba en el radiocasete de nuestro vehículo ochentero se apartaba de los cánones marcados por Almodóvar, Nacha Pop o Tino Casal en los 40 Principales, y seguía cubierto de una caspa que hoy, casi cuarenta años después nos resulta tan lejana… como nostálgica.

Imágenes de otros tiempos: gasolineras Campsa con expositores de casetes a la venta

Estos son algunos de los «éxitos» que podíamos adquirir, por pocas pesetas, en aquellos expositores verticales que dotaban de color, y de calor, a las gasolineras, en su mayoría Campsa, de unos años insufribles como insustituibles, que cantaría Sabina.


Chistes de mariquitas, de gangosos, de andaluces… Arévalo triunfó machacando a diversos colectivos.

Los chistes de mariquitas y de gangosos de Arévalo

No, no era música. Pero ni falta le hizo a Francisco Rodríguez Iglesias (Madrid, 1947), para convertirse en un auténtico «superventas» de casetes en las gasolineras de los 80. Sus chistes, casi siempre irreverentes, de mariquitas, de gangosos, de andaluces, de catalanes, de pasotas, tienen sin duda poca cabida hoy, pero en aquellos años le convirtieron en unos de los humoristas más famosos de España.

Arévalo, 40 años después de su mayor momento de fama, sigue «en el candelabro», por el dúo humorístico teatral que firmó con Bertín Osborne hace unos años y por ser uno de los «intelectuales» que más apoyo han mostrado a Vox en los últimos tiempos.


Nunca un «descuido» con el vestuario dio tanta rentabilidad como el pecho suelto de Sabrina en 1988

El «descuido» de Sabrina con el vestuario

Corría la Nochevieja de 1987, y TVE, la única televisión por aquel entonces, emitía su siempre casposo Especial de Nochevieja. Y apareció en escena Sabrina Salerno (Génova, 1968), una exhuberante italiana de 19 años, cantando una canción que no ganó ningún Grammy, titulada Boys, boys, boys. Hasta ahí nada especial. Pero, vaya por Dios, resulta que Sabrina, vestida, o no, con unos diminutos pantalones, un top brillantoso y una chaqueta macarra, comenzó a tener «problemas» con el vestuario. Vamos, que los constantes botes en su anatomía, en toda su anatomía, provocaron que el pecho derecho de la italiana, muy rebelde él, se empeñara en sentirse libre y en mostrarse a una audiencia que no creía lo que veía. Unos con las bocas más abiertas que otras. El «incidente», que seguro que no estaba preparado, dio pie a que la realizadora del espacio, la muy feminista Pilar Miró, viera el cielo abierto y se dedicara a enseñarnos primeros planos de la escapista glándula mamaria de la Salerno, planos enriquecidos con, cual la famosa moviola de Estudio Estadio, con imágenes en cámara lenta, no sea que los españoles se perdieran un solo segundo de la primera «gran noticia» de 1988.

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El escándalo fue mayúsculo, la centralita de TVE se colapsó con llamadas de «indignaditos», pero el éxito para la italiana fue total. Lo que se tradujo en miles de ventas de su disco, una buena parte de las cuales llegó desde el Top Campsa de las gasolineras españolas, donde la «música» de Sabrina triunfó.


En 1981, María Jesús hizo bailar a toda España como si fueran pollos a punto de ser fritos

«Mira el pajarito», by María Jesús (y su acordeón)

María Jesús Grados Ventura (Casillas de Coria, Cáceres, 1956), no era desde luego una novata cuando triunfó en el verano de 1981 con El baile de los pajaritos, la versión de Chicken Dance, canción del acordeonista suizo Werner Thomas, y que popularizaron, además de María Jesús, otros mitos de aquellos años como Al Bano y Romina Power, en Italia. María Jesús llevaba actuando en las playas de Valencia, ciudad donde vivía con su familia, desde los ocho años. La imagen de la chica de perenne sonrisa, amable, feliz, con su acordeón siempre colgando, llegó al corazón del público más de clase media musical en una España en la que empezaban a triunfar los «pintas» de la Movida madrileña.

Tras unos años de fama televisiva gracias a los contagiosos «pajaritos», María Jesús fue cayendo en el olvido mediático, que no musical, pues regresó a sus orígenes, a las playas y restaurantes valencianos, para seguir alegrando las paellas a los comensales veraniegos.


El Fary fue durante estos años el indiscutible «rey de la música» más puramente española

Su Majestad El Fary

José Luis Cantero Rada (Madrid, 1937-2007), más conocido como «El Fary», se convirtió en todo un fenómeno musical en los años 80 y 90. De familia humilde, José Luis, jardinero y taxista antes que cantante, adoptó su apodo en homenaje a su gran ídolo, Rafael Farina. Con mucho sudor de su frente, ahorró dinero para grabar sus primeros discos, que el mismo vendía en el popular Rastro madrileño. Poco a poco, creció musicalmente al lado de mitos como Antonio Molina, y a finales de los 70 creó su propio estilo, mezclando la copla con el pop. Su canción sin duda más conocida es Torito guapo.

https://www.youtube.com/watch?v=SX8HPD3jIT0

En los 90 llegó a la cúspide de su fama al protagonizar la serie de TV Menudo es mi padre. Y al final de la década Santiago Segura le ayudó a «resucitar» con su homenaje en las películas de Torrente. Su muerte en 2007 supuso todo un mazazo para la escena musical española.


El éxito de Parchís se exportó allende las fronteras, hasta Sudamérica, donde también triunfaron

Parchís: cuatro colores, cinco niños

Yolanda, David, Gema, Tino y Óscar (más tarde sustituido por Frank) formaron, entre 1979 y 1985, el grupo de música infantil más famoso en español: Parchís. Aunque eran cinco componentes, representaban con sus coloridos atuendos las cuatro fichas del juego de mesa. Alcanzaron un éxito descomunical con canciones como Cumpleaños feliz o con sintonías de series de dibujos animados como Comando G. E incluso hicieron sus pinitos en el cine con La guerra de los niños (1980), a la que siguieron seis películas más..

Pero como ocurre con casi todas las estrellas infantiles, cuando crecen, e intentan reeditar sus éxitos para adultos, fracasan estrepitosamente. Excepto Yolanda Ventura (la ficha amarilla), que triunfó como actriz en telenovelas mexicanas en los últimos 20 años, el resto de los integrantes de Parchís pasaron al olvido.


Los Chichos, el trío mítico de la música «quinqui», otra gran expresión cultural de la España de los 80

El del medio y los de los lados de los Chichos

Los Chichos forman parte del panorama musical español desde 1973. Aquel año, nació el trío formado por Juan Antonio Jiménez Muñoz «el Jero» o «el Jeros» (Valladolid, 1951-Madrid, 1995) y los hermanos Emilio (Madrid, 1947) y Julio González Gabarre (Madrid, 1952). Rumba gitana desde el corazón del Pozo del Tío Raimundo, en Vallecas, uno de los barrios más marginales de Madrid en aquella época. Quiero ser libre, compuesta por Jero en la cárcel, y Ni más ni menos fueron sin duda los grandes éxitos de los Chichos, en plenos años 70.

Tras poner música en 1985 a la película Yo, el Vaquilla, el Jero abandona el trío en 1989, con la idea de comenzar una carrera en solitario que no le llevó a ningún sitio. Bueno, seguramente a la droga, la cocaína y el caballo, en una espiral, demasiado común en celebridades de la época, que terminó con sus huesos sobre el duro asfalto tras arrojarse por la ventana de su casa en 1995. Moría el cantante y nacía el mito, rememorado con adoración por tantos, como el dúo catalán Estopa, que en su álbum de debut, de título homónimo (1999) dedicaron una canción al Jero con el título El del medio de los Chichos. Los hermanos González Gabarre continuaron con el trío, sustituyendo al Jero por Emilio González García, hijo de Emilio González Gabarre. En 2015 los Chichos se disolvieron oficialmente.


El rey de los memes del siglo XXI fue el rey de las listas light en los años 80

Julio era el nº1… ¡Y LO SABES!

En 1980, Julio Iglesias (Madrid, 1943) ya era uno de los cantantes españoles de más éxito. Pero aquel año publicó el álbum Hey!, que supuso el punto más alto de su carrera, y que además le abrió definitivamente las puertas del mercado americano, tanto en Sudamérica como en Estados Unidos. Desde aquel momento, «Yulio», ya establecido en Miami, pasó a ser uno de los principales «superventas» en el Top Campsa, no solo con sus grabaciones originales, sino en el emergente mercado pirata, que nos colaba versiones de cantantes y grupos famosos… pero en versión garrafón.

De hecho, los casetes que se vendían en las gasolineras venían, los falsos y los verdaderos, con la etiqueta «Grabación original». Cuando se trata de izar la bandera de la calavera y las dos tibias, en España siempre ha habido auténticos especialistas en engañar al personal.


Allá por los lejanos años 80, Bertín Osborne ya era una figura mediática, aunque principalmente por su ‘música’

Bertín, la vida sigue igual

Norberto Juan Ortiz Osborne (Madrid, 1954), aristócrata, cantante, presentador, «actor» y empresario, debutó en la música con el disco Amor mediterráneo en 1981. En total, 27 discos le contemplan en casi 40 años de profesión, con títulos tan «seductores» como Qué nos pasa esta mañana (1991), A mi manera (2012), Va por ellas (2016) y el último, Yo debí enamorarme de tu madre (2018). Impresionante.

De existir hoy, Bertín Osborne seguiría arrasando en las ventas del Top Campsa, porque, como hemos visto, no solo sigue explotando la fórmula del cantante guapete, seductor y moñas, sino que encima, ahora, el hijo y hermano de condes Bertín es toda una estrella de la televisión, con su programa de comidas con famosos, y su posición beligerante en la política española.


Toni el Gitano fue uno de los «padres» del fenómeno Camela, que llegó en los años 90

Toni el Gitano

Aunque el espectro de la «rumba kinki» está perfectamente cubierto con los Chichos, no nos resistimos a destacar en este top la figura de Toni el Gitano en representación de tantos intérpretes, principalmente de canción ligera y española, que adornaban los expositores de casetes de las gasolineras, con títulos delirantes como este Me fumao un canuto.

Toni «el Gitano» es uno de los «popes» de la rumba kinki catalana, con más de 20 discos publicados desde su debut en 1974. En 1976 publica El Trili Molinete, su álbum más vendido hasta la fecha. Desgraciadamente, en 2016 el nombre de Toni el Gitano volvió a la actualidad por verse envuelto en varias reyertas en Barcelona, con resultado de muerte de su hijo, apuñalado, y un intento de asesinato sobre el propio cantante.


Aunque la canción es de 1973, se puede decir que Manolo Escobar canta el «himno oficioso» de España en todas las décadas

Manolo Escobar, ¡y viva España!

No podía faltar. Cierto es que la canción es de 1973, pero esta especie de himno «extraoficial» de España fue todo un clásico en el Top Campsa. Y eso que pocos saben que los autores de la canción eran… belgas: Leo Caerts la música y Leo Rozenstraten la letra. Pero Manolo Escobar la hizo suya, la estrenó en la banda sonora de la película Me has hecho perder el juicio, protagonizada por el mismo Manolo Escobar junto a Mary Francis y Andrés Pajares. Desde entonces, Y viva España es el We are the Champions patrio. Suena en casi todas las fiestas, y en especial en las celebraciones deportivas internacionales. Manolo Escobar (Las Norias, de Daza, Almería, 1931; Benidorm, Alicante, 2013), conocido hasta entonces sobre todo por Mi carro, es un símbolo, con Y viva España, de la unidad del país.

Sin embargo, y como ha declarado hace poco su única hija, Vanessa, Manolo Escobar, que emigró a los 14 años de Almería a Barcelona, donde transcurrió gran parte de su actividad profesional, se sentía «andaluz, catalán y español». Era un furibundo aficionado del Barcelona, y en alguna ocasión llegó a declarar que le hubiera gustado «que los catalanes pudieran decidir en las urnas». Cosas de la vida.

Miguel Ángel Linares
Miguel Ángel Linares

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