Contacta con nosotros

#TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL

PROHIBIR PARA PROTEGER: DE LA LEY SECA AL «SI BEBES, NO CONDUZCAS»

#TalDíaComoHoy, el 16 de enero de 1919 marcó un hito en la historia de Estados Unidos con la entrada en vigor de la Ley Seca, una prohibición que buscaba erradicar el consumo de alcohol. Aunque esta medida fracasó en sus objetivos principales, allanó el camino para otras regulaciones destinadas a proteger a la sociedad, como la prohibición de conducir bajo los efectos del alcohol. En este artículo exploramos las conexiones entre estos momentos históricos y su impacto en la seguridad vial y el bienestar colectivo.

Foto del avatar

Publicado

el

Andrew Volstead y Al Capone; promotor y gran beneficiado de la Ley Seca

El contexto histórico de la Ley Seca

El 16 de enero de 1919, con la ratificación de la Decimoctava Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, se instauró la prohibición de fabricar, vender y transportar bebidas alcohólicas en el país. Esta medida fue impulsada principalmente por el senador Andrew Volstead, cuyo nombre está asociado a la famosa Ley Volstead, que implementó los detalles de la prohibición. La medida fue promovida por movimientos como la Anti-Saloon League y el Women’s Christian Temperance Union, que asociaban el alcohol con problemas como la delincuencia, la violencia doméstica y la pobreza.

Inicio de «Con faldas y a lo loco»: la Ley Seca contada con humor

Sin embargo, el resultado no fue el esperado. Lejos de erradicar el consumo, la prohibición fomentó un mercado negro de bebidas alcohólicas, la aparición de bares clandestinos (“speakeasies”) y el fortalecimiento del crimen organizado. Figuras como Al Capone, conocido como el rey del contrabando en Chicago, y otros mafiosos como Lucky Luciano y Meyer Lansky se beneficiaron enormemente del lucrativo comercio de alcohol ilegal. Aunque la Enmienda fue derogada en 1933, dejó un legado importante: la comprensión de que el alcohol podía ser regulado en beneficio de la sociedad.

Automóviles y alcohol: un problema emergente

Mientras la Ley Seca llegaba a su fin, un nuevo problema comenzaba a preocupar a las autoridades: el impacto del alcohol en los conductores. Durante las décadas de 1920 y 1930 los automóviles se hicieron cada vez más comunes en las carreteras estadounidenses. Aunque representaban un avance tecnológico sin precedentes, también trajeron consigo un incremento en los accidentes de tráfico, muchos de ellos relacionados con el consumo de alcohol.

publicidad libro RALLYE

A medida que las ciudades crecían y las carreteras se expandían, el alcohol al volante se convirtió en una preocupación creciente. Estudios iniciales comenzaron a relacionar el consumo de bebidas alcohólicas con la disminución de los reflejos, la falta de juicio y el aumento del tiempo de reacción, factores que incrementaban el riesgo de accidentes.

Los primeros «test» de alcoholemia: andar en línea recta

La primera legislación sobre conducir ebrio

El paralelismo entre la Ley Seca y las regulaciones para evitar el alcohol al volante es evidente: que nacieron de un intento por proteger a la sociedad de los efectos nocivos del alcohol. En 1939 el estado de Indiana fue pionero al establecer el primer límite legal de alcohol en sangre para conductores, fijado en un 0.15%. Aunque esta cifra puede parecer alta en comparación con los estándares modernos, marcó el inicio de una regulación más estricta.

Candace Lightner, con un retrato de su hija muerta por un borracho al volante

A lo largo de las décadas siguientes, otros estados comenzaron a implementar leyes similares. En los años 70, el límite de alcohol en sangre se redujo a 0.10% en muchas jurisdicciones, gracias a la presión de grupos de seguridad vial y de organizaciones como Mothers Against Drunk Driving (MADD), fundada en 1980 por Candace Lightner tras perder a su hija en un accidente causado por un conductor ebrio. Este movimiento tuvo un impacto decisivo en el cambio de la percepción pública sobre la conducción bajo los efectos del alcohol.

Los «alcolocks» impiden que el coche arranque si el conductor va «alegre»

La cultura de la prevención y el control

El fracaso de la Ley Seca demostró que las prohibiciones extremas rara vez logran sus objetivos, pero también destacó la importancia de regular ciertos comportamientos para proteger a la sociedad. En el caso de la conducción, las campañas educativas y las leyes estrictas han sido fundamentales para reducir los accidentes relacionados con el alcohol.

Hoy en día, las medidas incluyen no solo límites máximos de alcohol en sangre, sino también controles policiales, sanciones severas y programas de educación vial. El uso de dispositivos como los alcolocks, que impiden que un coche arranque si el conductor ha bebido, es otro ejemplo de cómo la tecnología puede apoyar la legislación.

Un impacto positivo en la seguridad vial

Las prohibiciones relacionadas con el alcohol al volante han tenido un impacto significativo en la seguridad vial. Desde la década de 1980 el número de muertes causadas por conductores ebrios ha disminuido de forma constante. En Estados Unidos los datos muestran que las muertes relacionadas con el alcohol al volante pasaron de representar el 50% de los accidentes fatales en los años 70 a menos del 30% en la actualidad.

Este cambio también se ha reflejado en otros países, donde las campañas de concienciación y las regulaciones estrictas han demostrado ser efectivas. Por ejemplo, en países como Suecia y Japón, donde los límites de alcohol en sangre son extremadamente bajos o inexistentes, las tasas de accidentes relacionados con el alcohol son notablemente bajas.

Lecciones de la historia: un balance necesario

El paralelismo entre la Ley Seca y la prohibición de conducir bajo los efectos del alcohol muestra que la regulación del comportamiento humano es un proceso complejo que requiere un equilibrio entre la educación, la tecnología y las sanciones. Si bien el consumo de alcohol sigue siendo parte de la cultura de muchas sociedades, también se ha aprendido que su uso indebido puede tener consecuencias devastadoras.

A diferencia de la Ley Seca, las medidas contra el alcohol al volante no buscan erradicar por completo el consumo, sino garantizar que no ponga en riesgo la vida de otros. Este enfoque, basado en la prevención y el control, ha demostrado ser mucho más efectivo para proteger a la sociedad.

La famosa campaña de la DGT de 1985 con Steve Wonder: «Si bebes, no conduzcas»

Un camino hacia la responsabilidad colectiva

La historia de la prohibición del alcohol en Estados Unidos y las regulaciones contra el alcohol al volante refleja cómo las sociedades evolucionan para abordar problemas complejos. Aunque la Ley Seca fue un fracaso en muchos sentidos, su legado ayudó a sentar las bases para una regulación más efectiva y centrada en la seguridad.

Hoy en día, la lucha contra el alcohol al volante es un ejemplo de cómo la combinación de leyes, educación y tecnología puede salvar vidas y promover una cultura de responsabilidad colectiva. El viaje desde la Ley Seca hasta las actuales medidas de seguridad vial es, en esencia, una lección sobre cómo la humanidad puede aprender de sus errores y adaptarse para construir un futuro más seguro y justo para todos.

Miguel Ángel Linares
Miguel Ángel Linares

Continuar leyendo
Clic para comentar

Escribe una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright ©2024