OPINIÓN
«FABRICANTES CHINOS LLEGAN A EUROPA: ¿AMENAZA U OPORTUNIDAD?»

En los últimos años, hemos sido testigos de un fenómeno notable en el mercado automotriz europeo: la creciente presencia de fabricantes chinos de automóviles. Lo que una vez fue considerado un nicho exótico ahora está adquiriendo una relevancia significativa, tanto para los consumidores como para la industria en general. Desde 2018 hasta 2023, los fabricantes chinos han experimentado un aumento constante en sus ventas en Europa, desafiando la hegemonía tradicional de marcas establecidas. Este cambio plantea preguntas importantes sobre el futuro del mercado y sus implicaciones tanto económicas como culturales.
En primer lugar, es crucial examinar el impacto de este crecimiento en las ventas. Según datos de fuentes confiables, como la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, los fabricantes chinos han aumentado su cuota de mercado año tras año, superando las expectativas de muchos analistas, al abrigo de legislaciones europeas de consumo algo laxas y permisivas. Este crecimiento constante no puede ser ignorado, ya que está alterando la estructura competitiva del mercado y desafiando la supremacía de los fabricantes europeos y japoneses en todo el mundo.
Pero, ¿qué impulsa este éxito? En gran medida, se debe a la combinación de calidad, precio y tecnología innovadora que ofrecen los fabricantes chinos. Anteriormente, la percepción de los automóviles chinos se veía empañada por preocupaciones sobre la calidad y la fiabilidad. Sin embargo, en los últimos años, han logrado mejorar significativamente en estos aspectos, ganando poco a poco la confianza de los consumidores europeos. Además, muchos de estos fabricantes están a la vanguardia de la tecnología eléctrica y de conducción autónoma, lo que los posiciona como jugadores importantes en la próxima era de la movilidad, que ya está aquí.
Este cambio en la percepción no solo beneficia a los fabricantes chinos, sino que también presenta oportunidades para los consumidores europeos. Con una mayor competencia en el mercado, se espera que los precios se vuelvan más competitivos, lo que podría traducirse en ahorros significativos para los compradores. Además, la entrada de nuevos jugadores podría estimular la innovación y la diversidad de opciones y servicios disponibles, lo que en última instancia beneficiaría a los consumidores.
Sin embargo, no todo son rosas. La creciente presencia de fabricantes chinos plantea desafíos para la industria automotriz europea. Las marcas tradicionales enfrentan la presión de mantener su relevancia en un mercado cada vez más saturado y competitivo y mal legislado, con requisitos que parecen ir más en contra de la industria europea que a favor. Esto podría llevar a una mayor consolidación dentro del sector y a una intensificación de la competencia, lo que podría tener repercusiones en términos de empleo y desarrollo económico en algunas regiones.
En última instancia, el ascenso de los fabricantes chinos de automóviles en Europa es un fenómeno complejo que merece una consideración cuidadosa, lejos de fobias y de análisis acalorados. Si bien representa una oportunidad para la diversificación y la competencia saludable, también plantea desafíos significativos para los actores establecidos en la industria. La clave para aprovechar al máximo este cambio radica en la capacidad de adaptación y la innovación tanto de los fabricantes europeos como de los chinos, aunque parece que estos últimos muestran más cintura y agilidad. En un mercado en constante evolución, la colaboración y la competencia pueden coexistir para impulsar el progreso y satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores, algo que ya han entendido algunos fabricantes como Toyota y BYD. En última instancia, será el mercado quien decida el papel que desempeñarán los fabricantes chinos en el futuro del sector automotriz europeo.

Pepe
28 de marzo de 2024 at 11:45
Hola Antonio, leo con mucha atención esta reflexión. Comparto lo que dices en cuanto a que los vehículos «made in China» está, conquistando, paulatinamente, nichos de mercado que hace menos de diez años juzgaríamos imposibles. Y parece que la tendencia va al alza.
Recuerdo que, de niño, se veía a los automóviles «made in Japan» como un productos desprovistos de personalidad, «plasticosos», y poco capaces de rivalizar con los fabricantes «premium» alemanes o italianos. Y fíjate si han demostrado lo contrario con el paso del tiempo.
Pero hay una cosa que sí me preocupa y mucho de todo aquello que lleva el sello «made in China» . Yo no sé si sólo me pasa a mi, o es una reflexión que todos llevamos dentro y si no lo digo, reviento: sabemos que China es una dictadura. Y como toda dictadura, es un país oscuro, contrario a todas las libertades básicas del ser humano, y esta enfrentado con el mundo libre. Si no fuera así, será una democracia. Y no lo es.
Cuesta creerlo, pero … pensemos en las dos Coreas: Corea del Sur es una potencia industrial y económica, con una capacidad de fabricación impresionante, y que favorece el comercio entre las naciones. Sus productos con marcas como Samsung, Kia, SSangyong ..etc se venden masivamente en todo occidente. Esta claro que también llevarán mucho «made in China», pero el control de estas corporaciones esta en Corea del Sur. Sin embargo, Corea del Norte, es otra dictadura oscura y aun más brutal que la de China, que tiene totalmente sojuzgada a su población, haciéndola pasar por toda clase de penalidades. Si Corea del Norte fabricara los BYD, Vogue, DFSk, MG y demás modelos y los exportara a todo el mundo… a un precio de venta aun menor. del que ya tienen… creo que rápidamente llegaríamos a la conclusión de que ese precio sería el resultado de emplear mano de obra… poco menos que esclava. Que se vendieran más o menos sería otra cuestión. Pero el origen de ese precio no dejaría lugar a dudas.
Y eso me lleva a la reflexión de en qué clase de mundo nos estamos convirtiendo, por comprar lo que compramos. Porque.. ¿se hace política con nuestras decisiones personales sobre lo que consumimos?. Yo que diría sí, indudablemente. Consciente o inconscientemente, hacemos política. Y los jefes de ese infecto y corrupto partido comunista chino lo saben perfectamente. Y como enemigos que son del comercio libre, y de cualquier libertad que no sea la suya personal, se ríen de aquellos que toman la decisión de comprar lo que mandan fabricar. Nos tienen tomada la medida, Antonio. Y eso no es bueno.
En la mayoría de cosas que compramos, pues no hay escapatoria al «made in China»: móviles, textil, electrodomésticos… etc. Pero en otros productos como los vehículos…, pues de momento sí la hay….. aunque ya sabemos que hasta los «ferraris» incorporan mucho «made in China».
Pero tampoco se me escapa que.. los millonarios chinos (aquellos designados «digatalmente» por esa dictadura») no compran vehículos de «alta gama» chinos…… compran Porsche, Ferrari, Mercedes…. etc, etc.
¿Hacia donde vamos con lo que compramos?. Peligro!!!!