El Jeep Compass se ha hecho de rogar, pero la espera mereció la pena. Casi 4,40 metros de un SUV que no traiciona a la esencia Jeep, y además ofrece comodidad y cinco motores, amén de tracción 4×2 y 4×4. Su precio, desde 25.500 euros.

Jeep ha hecho los deberes y el Compass llega el último, pero llega diciendo aquí estoy yo. A nadie se le escapa que este nuevo SUV-C, justo el segmento de mayor venta en España y en Europa, es muy parecido al jefe de la familia, el Grand Cherokee, pero a escala. Con esa imagen, el pedigrí de las 7 barras en el frontal y todo el ‘savoir faire’ de Jeep en este tipo de coches, el éxito parece asegurado.

En su diseño se ha trabajado mucho, pues debe gustar a todos. El mundo animal ha inspirado mucho a sus diseñadores, tanto en el exterior como en el interior. Los faros parecen ojos, con el sombreado alrededor. El marco negro para las 7 barras también afianza su imagen de marca. Si te fijas bien, el frontal es una mezcla de muchas cosas, y no faltan referencias a la película El Hombre de Hierro, todo un acierto.

No sólo los animales han inspirado a los diseñadores, también los aviones, distintos aeroplanos, con sus fluidas líneas, pueden apreciarse aquí y allá, especialmente el avión Blackhawk.

Pero la esencia Jeep permanece, y lo hace gracias a unas señas de identidad propias, como los pasos de rueda en plástico negro que casi abandonan por entero las redondeces y abrazan formas trapezoidales que sugieren un poderío sobre cualquier terreno casi fuera de duda. Este elemento es esencia de Jeep desde 1941.

En el interior, panel de instrumentos que nos recuerda mucho al del Renegade, no falta en las versiones Trailhawk la zona roja con forma de mancha de barro. Líneas de nuevo fluidas, volante multifunción de aro regordete, gran pantalla táctil para el navegador encastrado y materiales blandos y de calidad.

Para terminar de situarnos, diremos que el Jeep Compass mide 4.394 milímetros, le faltan seis milímetros para los 4,40 metros, y la batalla alcanza 2.636 milímetros. En función del motor y del equipamiento, todas las versiones se mueven en torno a los 1.500 kilos de peso.

Motores: En gasolina, dos opciones, ambos con bloque 1.4 MultiAir, de 140 y 170 CV. El primero con cambio manual de seis velocidades y el segundo con cambio automático de nueve relaciones. En diesel, tres opciones: 1.6 Multijet de 120 CV, 2.0 Multijet de 140 CV y 2.0 Multijet de 170 CV. El primero con cambio manual, el último con el automático y el de 140 con ambas opciones.

Cuatro acabados posee el Jeep Compass, los cuatro habituales –Sport, Longitude, Limited y Trailhawk-, más uno bautizado como Opening Edition, una edición especial imitada de lanzamiento con precio especial -Compass Opening Edition 2.0 Mjet (140CV) 4×4 Active Drive Automático de 9 velocidades por 230€/mes con 4 años de garantía o 60.000 km y 4 años de mantenimiento o 60.000 km (Precio promocionado que incluye permuta y descuento por financiar con FCA Capital)-.

El precio de entrada a la gama, 25.500 euros, lo marca el Compass Sport 1.4 MultiAir gasolina de 140CV, 4×2 manual de 6 velocidades. La fecha de comercialización en España es el 7 de julio.

CON EL NUEVO JEEP COMPASS POR LISBOA Y ALREDEDORES

La presentación internacional a la prensa del nuevo Jeep Compass llevó a www.revistadelmotor.es a tierras lisboetas, disfrutando además de los paisajes costeros pasando por Estoril, Cascais, Sintra y el mítico Cabo da Rocha. Cerca de 150 kilómetros realizamos con dos unidades, un 2.0 Multijet de 170 CV y el sorprendente 1.6 Multijet de 120 CV, también diesel.

Además de disfrutar con ambos extremos de la gama, el más lógico y asequible por un lado, y el más completo y equipado para el off road por el otro, pudimos completar un circuito de varios kilómetros por pistas rotas, piedras sueltas, fuertes pendientes, y comprobar que el Jeep Compass Trailhawk es, seguramente, el SUV-C más campero que podemos encontrar en el mercado en la actualidad.

La primera unidad que cae en nuestra manos es la más potente y equipada, el 2.0 Multijet de 170 CV en su versión Trailhawk, con el cambio automático de 9 velocidades y un color verde militar que, para las fotos, francamente, no es el mejor aliado. El precio, 40.000 euros… largos.

Nos documentamos un poco, y vemos que con 21,6 centímetros de altura al suelo, tiene unas cotas realmente aptas para sacarlo del asfalto. Su ángulo de ataque es de 30 grados y el de salida de nada menos que 33,6. Vamos, que no tiene rival.

También comprobamos que viene de serie el Selec-Terrain más completo, con distintos modos de conducción off road: Auto, Snow, Sand, Mud y el más extremo, Rock. Es muy parecido a una reductora tradicional con la que el urbanita Jeep Compass puede sacar ese ADN Jeep y dejar a algún todoterreno atrás sin exagerar en estas palabras.

Mientras salimos de Lisboa para llegar a Cabo da Rocha por la costa y disfrutamos del paisaje, recordamos que este coche se construye en cuatro fábricas a la vez, México, Brasil, China e India. La deslocalización al poder.

Antes de subirnos al coche hemos comprobado que el primer estímulo nos dice que puede parecer un coche anodino, pero poco a poco empiezas a apreciar su diseño, que es más trabajado de lo que puede parecer al principio.

El interior también nos parece muy correcto. El maletero quizá no es el mejor del segmento, pero las plazas traseras son muy coherentes. Delante, un despliegue espectacular de información digital en la gran pantalla, gracias a todas las posibilidades que tiene la versión Trailhawk. En tiempo real podemos ver ángulos de inclinación, par motor instántaneo… y un buen puñado de datos más específicos del off road. Muy bien presentado todo y bastante vistoso, sinceramente.

Durante la conducción vemos que los consumos se estabilizan en torno a los 8 litros cada 100 kilómetros, pero este dato hay que verlo en la prueba tradicional que haremos llegado el momento. También apreciamos que el motor se deja notar bastante. No parece mal insonorizado a nivel aerodinámico, pero el propulsor se deja sentir demasiado en el habitáculo, cosa que podría ser mejorable. También los neumáticos de esta unidad, orientados al off road, tienen su buena parte de culpa.

Apreciamos una dirección bastante asistida, pero sin llegar a perder información ni ser suficientemente directa. Los balanceos no son demasiado pronunciados, a pesar de tener ruedas de 18 pulgadas y un perfil de 60.

Tras el apacible viaje, momento para meternos en harina, y ver que con toda facilidad se puede levantar la rueda un metro entre bache y bache. Con toda la tracción metida, superamos pistas bastante rotas y pendientes muy considerables, tanto hacia arriba como descendiendo, con un control de pendientes que funciona como se espera.

Convencidos del todo en sus cualidades off road, al menos en su versión Trailhawk, nos ponemos a los mandos del tetracilíndrico 1.6 diesel de 120 caballos, 4×2 y cambio manual de seis velocidades. Y francamente, de inmediato pensamos que este coche va a triunfar entre todos aquellos que quieren un vehículo con aspecto poderoso pero que apenas lo van a sacar del asfalto.

Y es que la suavidad, los consumos, el confort, la ausencia de ruidos, los materiales blandos y bien encastrados… la verdad es que del tirón nos vamos a la lista de precios y los 26.700 euros que cuesta, PVP, nos parece una inversión realmente coherente, en su acabado Sport; 31.200 en el Limited que conducimos nosotros.

Con un consumo en torno a los 6 litros a los 100 kilómetros, sin esmerarse en absoluto, recorremos el camino inverso a Lisboa con una facilidad y un relax digno de una berlina. El motor es suave y sincero, acelera con brío cuando es necesario, el cambio funciona fenomenal y el volante es de los que te hace la vida más fácil, amén de llevar siempre toda la información posible gracias a un buen ordenador de a bordo.

Es cierto que la guantera no es la más grande del mundo, que el maletero puede tener más capacidad, que el acabado es muy parecido al del hermano pequeño Renegade… pero luego ves que hay un enchufe tradicional en la parte trasera y entradas USB delante y detrás y de nuevo la cara resplandece.

Por supesto, no falta la tecnología habitual hoy en día. Nos dicen que más de 70 componentes tecnológicos pueden montar estos Jeep Compass. No falta la frenada automática de emergencia, o el aparcamiento asistido en espacios casi récord… por citar solo algunos de los más trabajados.

Poco más en esta toma de contacto. Sin duda nos hemos quedado con ganas de más y esperamos poder ponernos al volante de un Compass para su prueba muy pronto.

Óscar González Soria – oscargonzalez@revistadelmotor.es

Twitter: @oscarglezsoria

Instagram: andreaenzo

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CONTACTO: JEEP COMPASS. El SUV que esperabas

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