Hay muchas maneras de acercarse a los coches y a las carreras. Hacerlo como un auténtico señor, con acento british, pero sin dejar de derrapar ni pasarlo bien, eso es cosa de The Royal Experience Company, en el Circuito del Jarama.
The Royal Experience Company es una nueva experiencia en torno al mundo de las cuatro ruedas. En una atmósfera muy particular, muy cuidada y con sabor racing, puedes driftear con coches réplica de los míticos Seven, puedes retar a tus amigos a la máquina de reflejos y coordinación Batak, o incluso vivir una carrera peculiar a bordo de los crazy carts XL, deslizantes a más no poder. Si entre actividad y actividad necesitas un break, disfruta del chill out en un autobús inglés de dos pisos Bristol Lodekka de 1968. ¿Se puede pedir más?
The Royal Experience Company es la nueva forma de ocio en Madrid, una selecta experiencia de conducción ambientada en los años 60 en el Circuito del Jarama. Un homenaje al automovilismo de época donde el piloto es el gran artista de la conducción, en un espacio permanente de 6.000 m2.
Al volante de un Westfield, genuino sabor british
En 1957, la compañía británica Lotus lanzó un modelo destinado a hacer historia: el Lotus Super Seven. Unos años antes, un ingeniero aeronáutico llamado Colin Chapman había fundado Lotus Cars. Sus vehículos, diseñados para ser más ligeros y manejables que los de sus competidores pronto destacaron en las pistas de carreras. The Royal Experience Company es un homenaje a aquella década prodigiosa y te sumerge de lleno en la conducción pura de los coches de entonces.
Las coches utilizados por The Royal Experience Company, muy parecidos a los Seven y a los míticos Caterham, son modelos Aerorace fabricados por Westfield Cars, compañía inglesa conocida por la manufactura artesanal de sus vehículos.
El Westfield AeroRace, que aún no está homologado para su matriculación pero no tardará mucho, utiliza un chasis de peso ligero de diseño CAD, impulsado por un motor Ford Zetec de 180 CV que incluye elementos de seguridad FIA como barras de seguridad y baquets con cinturones de 5 puntos.
El Westfield AeroRace es un auténtico coche de carreras: rápido, ligero y simple, como en los años 60. No cuenta con ayudas electrónicas, por lo que todo el control lo tiene el piloto. Con 180 CV y 450 kilos de peso su relación peso/potencia es mejor que la de un Ferrari F430.
Pero antes de disfrutar de tu experiencia con estas máquinas de generar adrenalina, y como parte de la experiencia y puesta a punto antes de ponerse al volante de los Westfield, se incluyen además otras dos divertidas actividades que mejoran la habilidad, concentración y coordinación, como son batak y Crazy Carts XL.
Batak
Fernando Alonso, Rafa Nadal, Marc Márquez… son sólo algunos de los deportistas españoles de élite que entrenan con batak. Un buen piloto tiene que estar siempre alerta. Para activar los reflejos, los participantes disponen, incluido en la experiencia, de una máquina de entrenamiento de la capacidad de reacción. Consiste en apagar pulsadores luminosos en un tiempo determinado estratégicamente colocados en una estructura de aluminio. Parece sencillo, pero no lo es. Ideal para activar la coordinación física y mental a la vez que mejoramos la visión periférica y nuestra resistencia.
Crazy Carts XL
Los Crazy Carts son unos pequeños y adictivos coches eléctricos perfectos para practicar la conducción deslizante ya que el derrapaje es su seña de identidad. La actividad se desarrolla en un circuito hinchable balizado donde el objetivo es practicar la coordinación entre volante y acelerador. El comportamiento dinámico de los Crazy es muy similar al de los Westfield AeroRace y se convierten es un entrenamiento perfecto para sacarles el máximo partido.
Royal Bus, la zona chill out
The Royal Experience Company, además de vivir la experiencia de derrapaje vintage, ofrece una zona de confort en un “double decker bus” original de 1968 que hace 50 años recorría las calles de Londres, completamente reformado para ser el centro de operaciones de la actividad.
El Royal Bus es un espacio elegante y con estilo que cuenta con un sistema neumático para que el techo se eleve casi medio metro y ofrecer así más espacio y comodidad. La zona de confort continúa en el exterior del Royal Bus con una cuidada terraza chill out climatizada. Un lugar donde la distinción, el confort y el buen ambiente, conviven a partes iguales.
Como no puede ser de otra manera, www.revistadelmotor.es ha tenido la oportunidad de probar en primera persona todas las actividades que ofrece The Royal Experience Company. El que suscribe no pudo pasar de 45 pulsaciones en 30 segundos en la máquina de Batak. En los Crazy Carts XL estaba todo controlado hasta que la organización, por sorpresa, decidió anegar la pista, con lo que los buenos entrenos se fueron al traste. La diversión, por supuesto, fue aún mayor.
Por último, varias vueltas de entrenamiento y dos cronometradas con los Westfield fueron el colofón perfecto a una mañana con el más puro y genuino sabor racer de finales de los 60. Por supuesto, es imposible ponerse al volante de estos coches sin dar rienda suelta a tu instinto, olvidarte del cronómetro, y ponerte a derrapar como si lo fueran a prohibir.
Al final, por supuesto, relax y zona chill out para recuperar pulsaciones y poner un fenomenal colofón a una jornada espectacular de coches de carreras.
Una experiencia distinta y adictiva desde 69 euros
The Royal Experience Company está diseñado para acoger, de lunes a viernes, eventos para empresas, y los fines de semana, son los particulares los que tienen la opción de ponerse a prueba al volante de estos coches y disfrutar con un claro aire retro.
Las actividades son variadas, y desde 69 euros tienes la posibilidad de vivir la experiencia. El Pack Acces tiene un precio de 69 euros, el Pack Estándar, más completo, 99 euros y el Pack Royal Drive tiene hasta un brunch preparado para reponer fuerzas, por 159 euros. Toda la información, en http://royalexperiencecompany.com/
Óscar González Soria – oscargonzalez@revistadelmotor.es
Twitter: @oscarglezsoria
Instagram: andreaenzo