Interior y vida a bordo
Pasamos a analizar el habitáculo del Mitsubishi ASX… y de nuevo tenemos la misma impresión que cuando hemos hablado del exterior, y no es otra que la de mínimos y casi imperceptibles retoques para que el SUV japonés pueda aguantar el tirón de los durísimos rivales con los que le toca competir.
El nuevo volante multifunción que puede llevar levas para el cambio automático -como es nuestro caso-, es la principal novedad y, ciertamente, se agradece contar con un nuevo aro multifunción, ergonómico, intuitivo y con todo lo que hay que tener, ni más, ni menos. Parece incluso sencillo. La inserción en negro piano de la parte inferior, que llega hasta los brazos centrales, cuestión de gustos.
El panel de instrumentación sigue prácticamente inalterado. Acusa el paso del tiempo pero aguanta aún gracias a la parte central entre ambas esferas analógicas, ya que el display es a color y puedes encontrar bastante información, aunque también esto es mejorable y adaptable a los tiempos que corren. Es la misma sensación que tenemos con el ordenador de a bordo: Bien, pero mejorable con poco esfuerzo.
Otro de los cambios que nos encontramos con respecto al Mitsubishi ASX anterior es un nuevo navegador, que llega con una conectividad aumentada y la posibilidad de conectar nuestro smartphone a través de Apple CarPlay, Android Auto y MirrorLink.
Y aquí tenemos que repetir otra vez la cantinela que ya hemos comentado en epígrafes anteriores. Y es que está bien, pero se puede mejorar. Nos gusta la calidad, todas las funciones que tiene, muestra velocidad máxima de la vía, es claro e intuitivo… pero es algo más lento de lo deseable a la hora de introducir las direcciones en el buscador, sin ir más lejos. Bien por los botones directos.
También nos hemos percatado de la pieza en negro piano que engloba los aireadores centrales y la pantalla del navegador. Visualmente es fresca y atractiva, pero también es una llamada constante al polvo y a la suciedad que habrá que tener a raya. La consola central apenas tiene botones y es sencilla pero a la vista resulta bastante agradable.
Bajo ella, las tres ruletas ya clásicas que encontramos en anteriores ASX para actuar con la climatización. Clásicas, pero prácticas y efectivas, con rapidez.
La palanca del cambio automático no tiene mayor misterio más que un escalado dentado al que hay que acostumbrarse, y en la parte que queda a la altura del antebrazo, justo donde cae el freno de estacionamiento, un botón que reza ‘4WD’ que apretándolo, podemos cambiar el sistema de tracción del ASX del habitual 2WD al 4WD y al 4WD lock, en función de la tracción deseada en cada momento.
Del tema asientos no tenemos ninguna queja. Cómodos y razonablemente confortables. También es cierto que el acabado Kaiteki, el mejor de los tres disponibles, ofrece desde cuero microperforado hasta asientos con calefacción en dos posiciones de intensidad. La posición es ligeramente más elevada que en un compacto, y se agradece a nivel de visibilidad.
Las plazas traseras pueden ir un poco justas en altura si sobrepasas el 1,80 metros, aunque hay espacio para piernas de sobra. La plaza posterior central, como siempre, la peor, por espacio para hombros y porque los pies debes situarlos robando espacio a los compañeros.
En cuanto a espacios, 442 litros en el maletero más que correctos, con un pequeño espacio oculto en la parte inferior si se sacrifica el hueco de la rueda de repuesto. En el interior, bien en las puertas, correcto en la guantera y fenomenal bajo el reposabrazos delantero, con conexión USB y de mechero dentro.
En general, los materiales y acabados son correctos y están bien ensamblados. No se aprecia lujo por casi ningún lado, pero tampoco materiales baratos. Nos gusta, incluso, poder hundir el dedo en la goma del salpicadero. Para estar a la venta desde 15.900 euros, nos parece muy remarcable este hecho.
En nuestra unidad, espectacular techo panorámico que amplía aún más la sensación de espacio, con una visibilidad de notable alto mires por donde mires. Y para acabar hablando de sensaciones… la sensación más generalizada es que el habitáculo que nos encontramos acusa un poco el paso del tiempo.
Motor, acabados y equipamiento