La llegada del Q30 a la marca Infiniti ha dinamitado su cifra de negocio y su presencia en las carreteras. El Q60 llega en terreno abonado. Su belleza y su calidad no pasarán desapercibidas. Ponemos a prueba el recién llegado Infiniti Q60.
Infiniti ha aumentado sus ventas en 2016 un 149 %. El culpable es el Q30. Os garantizo que el Q60 no va a llegar a esas cifras de venta, por encima de las mil unidades, pero va a servir para que todos los que se han comprado el Q30 se sientan más que orgullosas del logo que preside su nuevo coche.
El Infiniti Q60 no es el típico coupé deportivo. No lo es… porque es aún más bonito, más inspirador, más… prometedor. Tomando el relevo del G37 Coupé, representa una enorme evolución en la marca de lujo japonesa. En el departamento de comunicación de la firma nipona lo definen con el término ‘Elegancia Potente’, y lo entendemos perfectamente. Es verdad que por fuera tiene un diseño espectacular, pero por dentro no le va mucho a la zaga… y eso se agradece.
Resumiendo las claves de su increíble diseño, vemos una parrilla de doble arco, tradicional pero modernizada, unos faros led con forma de ojo humano y un pilar C con la característica media luna de la marca, pero llevada casi al extremo. Yo añadiría, particularmente, que hacía mucho tiempo que no veía una parte trasera tan sugerente. Y sí, estoy hablando exclusivamente de coches, aunque alguno podría extrapolarlo y no le faltaría razón.
En cuanto a motores, Infiniti no se ha complicado mucho. Un 2.0 gasolina de tracción trasera, cambio automático de 7 velocidades y 211 caballos, propulsor ya visto, por ejemplo, en el tope de gama del mencionado Q30, y otro gasolina, agárrate, un V6 biturbo 3.0 de tracción total, el mismo cambio automático de 7 velocidades y 405 caballos de potencia.
El Infiniti Q60 de gasóleo tiene dos acabados, Premium y Sport. Obviamente, el V6 solo viene en acabado Sport.
Equipadísimo de serie, ambas mecánicas cuentan con llantas de 19 pulgadas, material suficiente si hablamos de conectividad y hasta diez colores, dos sólidos, siete metalizados y un rojo súpermetalizado, que es una auténtica pasada.
Para tener una idea más clara de qué tipo de coche estamos hablando, te daré algún dato: 4,69 metros de largo, dos puertas, cuatro plazas, 342 litros de maletero y un CX de 0,29. Además, el Q60 sigue contando con la dirección electrónica del Q50 y en ambos motores puedes elegir distintos modos de conducción. El 3.0 biturbo cuenta con una suspensión dinámica digital.
Si quieres saber los precios de este Infiniti Q60, ojo al dato. El 2.0 gasolina de 211 caballos con el acabado Premium, el de acceso, está disponible desde 48.400 euros. Si financias, puedes tenerlo por 43.990 euros. El m ismo pero con acabado Sport estaría en 50.800 euros y el Q60S con sus 405 caballos, sale por una cifra que hay que leerla dos veces para creerla: 66.700 euros. Si no entiendes la razón de esta afirmación, te diremos que este coche rivalizará con el BMW M4 entre otros, que sale por casi 20.000 euros más. Si dinámicamente está a la altura… ¡Mucho ojo!
Por último, decir que ya está a la venta, que tiene garantía de 3 años o 100.000 kilómetros, que se fabrica en Japón y que su objetivo de ventas el primer año es de cien unidades –tirando a la baja-. El cálculo incluye las mismas unidades del 2.0 que del biturbo V6.
CON EL INFINITI Q60 POR MADRID Y ALREDEDORES
Un total de 135 kilómetros hemos recorrido con el nuevo Infiniti Q60 2.0t de 211 CV. Un mix muy razonable de ciudad, autovía y carreteras de curvas, para empezar a conocer la última belleza llegada desde el mismo Japón.
Salta a primera vista y es innegable: el Infiniti Q60 es una preciosidad. Elige el ángulo que quieras, la altura que quieras. A voleo. Es increíble ver la luz reflejada en sus formas, sus curvas, toda su silueta… increíble. Estoy enamorado de su trasera. No lo voy a ocultar. ¡Qué maravilla!
Por dentro, la vista sale beneficiada sobre el tacto. El ojo disfruta con lo que ve, un buen diseño y una apariencia en tejidos, materiales y guarnecidos realmente bueno. Sin embargo, al tacto, bajamos del 9 al 7,5 en la nota. Ojo, hablamos de un notable con todas las de la ley, pero sí es cierto que partes de la consola podríamos encontrarlas perfectamente en un Hyundai, de hecho en esas zonas que rodean la pantalla táctil más baja son tremendamente parecidas. Eso no es malo, el salto de calidad en los últimos años de la marca coreana es brutal, pero suponemos que un Infiniti debe estar por encima de esa percepción sin lugar a dudas.
El cuadro de mandos del Infiniti Q60 nos encanta. Clásico y elegante a la vez, pero con un diseño que no oculta ciertos detalles de modernidad, como las estrías de los aros cromados. Realmente inteligente. Las dos esferas grandes, con grafías analógicas, tienen en medio una gran superficie rectangular donde vemos toda la información del ordenador de a bordo, rica y completa, la verdad que es poco intuitiva a nivel de pantalla y de botones. Alguna vez hemos tocado una tecla y en vez de cambiar el ordenador de a bordo hemos cambiado la pantalla inferior de la consola central. Hay que echarle un buen rato para habituarse.
El volante es magnífico, en cuanto a tacto y tamaño, aunque la dirección sigue pareciendo algo rara. La sensación es algo mejor que en el Q50, pero en ciudad es extraño ver como giras en una curva y el volante no regresa como lo hace una dirección mecánica. También en autovía, su suavidad, para alguien que ha conducido cientos y cientos de coches, se nota una sensación diferente. En cambio, en modo Sport y entre curvas, la verdad, nos ha parecido muy buena.
Los asientos nos han gustado. Las plazas delanteras son fantásticas. Pero desde ahí vemos un minúsculo hueco tras la palanca del cambio en el que apenas caben los dedos. Acabará ahí el mando del garaje o alguna moneda, pero será difícil cogerlo en marcha. Mejorable.
El acceso a las plazas traseras del Infiniti Q60 es mejorable. Por cierto, sólo hay dos asientos. Con 1,80 metros, la cabeza te llega justo a la luneta trasera. Las piernas no van mal, mejor si los pasajeros de delante no se explayan, pero la altura del techo, su caída, te pone en un compromiso si pasas de la altura indicada. El maletero es limitado, pero debería valer para unas vacaciones de dos personas.
Nos ha estresado un poco la doble pantalla táctil. Arriba el navegador, con muchísima información. Ojo al zoom, que tendrás que buscarlo en una ruleta entre los asientos delanteros. La segunda pantalla, para climatización, audio y un sinfín de elementos configurables, conectividad incluida, requiera una larga tarde de aprendizaje para su control. Pero luego te felicitarás por la cantidad de ‘historias’ que puede hacer tu coche.
Nos ponemos en marcha con nuestro Infiniti Q60, y una vez señalada la sensación con la dirección, que tampoco es tan grave como la puedas imaginar, nos gusta la suavidad y el confort general. Apenas se escucha el motor, sólo se deja sentir cuando pisas a fondo. La conducción en ciudad te pide actitud relajada, disfrutar del momento de conducir un Infiniti.
En autovía, mi compañero de coche estima que la dirección es extraña. No coincido del todo, pero sí es cierto que es quizá demasiado suave. Sobre todo en modo Standard. En cuanto llegan curvas y ponemos todo en modo Sport, la cosa nos gusta, y sonreímos con franqueza. Sin embargo, la sonrisa sería mucho mejor si el cambio automático de 7 relaciones obedeciese con más prontitud. A veces hundes el pie y la reacción no es del todo inmediata. No es lenta, pero se nota el ‘gap’. Esperemos que el V6 biturbo tenga el cambio adaptado a su potencia y necesidades.
La frenada ha sido también un punto de estudio por nuestra parte, que nos gustaría profundizar en la prueba tradicional que hagamos próximamente. En modo deportivo la frenada es contundente, pero hemos notado alguna diminuta laguna y cierta esponjosidad. Es cierto que las unidades probadas en la presentación a la prensa son completamente nuevas a estrenar y todavía necesiten cierto acople, de ahí nuestras ganas de realizar una prueba a fondo próximamente.
En cuanto a consumos, claramente, hay diferencia en este propulsor entre ir en autovía a 120 o enlazar curvas como si te persiguiese el diablo. En el primer caso, no es muy difícil bajar ligeramente de 7 litros a los 100 km de consumo medio. En el caso extremo, modo Sport conectado y carretera propicia para las alegrías ‘racing’, se puede ver que sobrepasas los 14 litros de consumo medio sin demasiado esfuerzo.
Poco más –y nada menos- ha dado de sí este primer y prometedor contacto con el Infiniti Q60, un coche que enamora a primera vista y que en un segundo momento, promete sensaciones placenteras de todo tipo en su conducción.
Óscar González Soria – oscargonzalez@revistadelmotor.es
Twitter: @oscarglezsoria
Instagram: andreaenzo
Creo que es un 2.0 t gasolina de 211cv. No diesel. Diesel es un 2.2 d de 170 cv
Gracias Boris, está corregido. Un saludo
De nada
Y a seguir haciendolo tan bien
Un saludo
precioso coche….en blanco nacarado es el copón de chulo…..buen consumo con sus 7l/100km por autovía a velocidades legales para el potencial del coche…por cierto oscar ¿ que hay debajo de las «trampillas» en cada lado del motor en la zona superior ( el la foto del motor)…?¿ filtro anti-polen ó algo asi?…
Buena prueba y espero que lo probéis mas a fondo.Un saludo.
La verdad que tampoco lo sabemos a ciencia cierta. Investigaremos debidamente cuando lo cojamos una semana para su prueba. Saludos! 🙂
Hola Jl, te digo lo que es. Mirando el coche hacia el motor, la tapa de la derecha es para el líquido de frenos y la izquierda para la batería. Un cordial saludo