Ya conocíamos el KIA Optima, de hecho, probamos su sedan 1.7 CRDi de 141 CV hace unos meses. Ahora, conocemos al resto de la familia. Un GT de 245 CV, el familiar o Sportswagon, y un interesante híbrido Plug-in con hasta 54 kilómetros de autonomía en modo eléctrico.

KIA Iberia tiene motivos para estar satisfecha. Aumenta en 2016 un 18% en ventas con respecto a 2015 y cerrará el año con 52.000 coches vendidos. Y 2017 apunta mejor, con cinco lanzamientos –Rio, Picanto, Niro Phev y dos incógnitas más-, que acompañarán a la nueva familia Optima, que se multiplica como vemos aquí para contentar a todos.

Foto Kia Optima GT, Plug-in y Sportswagon

Los nuevos Kia Optima desembarcan en pleno segmento D, donde se han vendido en España en 2016 más de 43.000 coches, el 29% de ellos en carrocería familiar. El diseño, la calidad de conducción y la tecnología, son las tres patas sobre las que se asienta la familia Optima.

En cuanto al primer apartado, se aprecia claramente la atención puesta en cada línea que conforma el Sportswagon. La afilada línea del techo, las ópticas led envolventes. Lo mismo que los paragolpes deportivos en la familia GT-Line, con cromados en numerosos elementos y un difusor trasero deportivo con doble escape que no deja indiferente a nadie. El KIA Optima GT se diferencia del resto en parado gracias a sus pinzas de freno rojas, mucho más grandes, y las inserciones negras en los laterales inferiores.

Párrafo aparte para el Optima híbrido enchufable, tiene una parrilla rediseñada, casi cerrada del todo, con los cromados en un azul clarito metalizado que lo identifican, y unas llantas específicas de 17 pulgadas.

Foto Kia Optima Sportswagon

Tanto el sedan como el familiar miden 4.855 milímetros de largo y tienen una batalla de 2.805 milímetros, lo que garantiza una estabilidad fuera de dudas. Si miramos dentro, diseño limpio, muy horizontal, y con una atención especial por la calidad en cada elemento. La consola está orientada al conductor 8,5 grados. Todo muy estudiado. En el GT-Line apreciamos las costuras rojas y la consola y pedales con inserciones de aluminio. Obviamente, instrumentación especial en el Optima Plug-in, con información ad hoc en la que siempre estarás al tanto del funcionamiento de la batería y de la autonomía.

En cuanto a capacidades, la habitabilidad sigue siendo innegociable en el KIA Optima. Los 552 litros de maletero del Sportswagon son una cifra muy elevada, sólo 42 más que el sedan. Las baterías limitan un poco más el maletero del Optima Plug-in, que se queda en 307. Si estáis preocupados por el peso, el híbrido tiene 130 kilos extra con respecto a los de combustión.

En el apartado de tecnología, el Optima no da ventaja a sus rivales y pone todo el arsenal en su berlina: frenada de emergencia, crucero adaptativo, ángulo muerto, aviso de tráfico trasero, alerta de cambio de carril, lectura de señales de tráfico, cargador de smartphones inalámbrico, cámara 360 grados, luces inteligentes, asistencia al aparcamiento, navegador con pantalla táctil de hasta 8 pulgadas con actualización gratuita de software los primeros siete años… sin que falten sus tradicionales siete años de garantía. El Sportswagon añade, además, portón automático, cargador de USB trasero, calefacción en plazas traseras, cortinillas…

Foto Kia Optima GT

En el tema de motores, sigue existiendo el 1.7 CRDi de 141 caballos, que homologa consumos desde 4,2 litros a los 100 kms, y puede optar a cambio manual o automático. El GT recurre a un dos litros TGDi de 245 caballos, con cambio automático y un consumo homologado de 8,2 l/100 km.

El KIA Optima Plug-in Hybrid echa mano a un motor gasolina de dos litros y 156 caballos de potencia, que unido a un motor eléctrico con 68, arroja una potencia conjunta de 205 CV, con cambio automático de 6 velocidades. Las cifras que homologa son espectaculares: 980 kms de autonomía, 1,6 l/100km de consumo, 375 Nm de Par y unas emisiones de 37 gramos de CO2 por kilómetro. En modo eléctrico, sin gastar una sola gota de combustible, puede rodar hasta 54 kilómetros. Para esta eficiencia, se ha mejorado incluso el coeficiente aerodinámico, que pasa del 0,27 al 0,25 actuando sobre las salidas de aire y con spoiler y llantas específicas. Un último dato: en 5 horas, en un enchufe doméstico de 220 w, recargamos la batería completamente.

En cuanto a acabados, Concept, Drive y GT-Line están disponibles con el diesel de 141 CV y el GT es exclusivo para el gasolina de 245 CV. El equipamiento en todos los casos es más que notable, con llantas de 16 pulgadas ya desde el Concept, que añade Led e ISG entre otros muchos elementos. Con el Drive ya montamos llantas de 17 pulgadas y con el GT-Line tenemos de serie llantas de 18 pulgadas y el navegador de 8”. Las versiones GT y Plug-in vienen con absolutamente todo de serie.

Foto Kia Optima Sportswagon

Hablando de precios, el PVP del 1.7 CRDi Concept es 22.145 euros, 35.238 euros para el GT y 38.215 euros para el Plug-in. Si queremos la carrocería Sportswagon, sube a 23.645 euros el 1.7 CRDi Concept y a 36.438 el GT. Habrá que esperar casi un año para el Sportswagon Plug-in.

Atentos, además, al nuevo sistema adquisición que está terminando de pergeñar KIA con sus Optima, denominado Pay4Use. En breve tendrás más noticias en www.revistadelmotor.es

CON LA FAMILIA OPTIMA POR LA PROVINCIA DE MADRID

Hemos tenido la oportunidad de conducir un buen puñado de kilómetros, en su presentación nacional, el KIA Optima GT y el KIA Optima Plug-in Hybrid, y la impresión general ha sido sobresaliente.

Foto Kia Optima GT

El primero en pasar por nuestras manos es el KIA Optima GT y, la verdad, no hemos dejado de pensar en él en todo el día. Tenemos bastante reciente la prueba del Kia Optima 1.7 CRDi que hicimos en esta web hace pocos meses, y allí reflejábamos que la presencia era imponente pero que el agrado de conducción era mejorable. Pues bien, aquí está el GT para solucionar todo eso.

Las pequeñas pegas que pusimos en su momento a este Optima han quedado en el olvido con este GT, gracias a más potencia, una dirección mucho más precisa e informativa, una pisada de berlina ‘de verdad’ y unas sensaciones realmente buenas a todos los niveles. Es cierto que cuesta bastante más que la de gasoil, pero comparativamente hablando, el salto hacia adelante ha sido monumental.

Poco nos vamos a detener en una estética que ya es conocida y que apenas cambia, salvo las llantas de mayor tamaño con esas pinzas rojas que le dan un toque muy deportivo. En el interior, el negro con detalles rojos también lo polarizan todo, y pese a ser una fórmula muy trillada, sigue funcionando muy bien.

Foto Kia Optima GT

El cambio automático con levas en el volante es uno de los grandes alicientes de esta berlina deportiva, ya que funciona fenomenal y ayuda mucho a sentir ese toque racing del que anda sobrado este gran coreano. Pero sin duda es la dirección la que aporta esa solidez y esa seguridad en la conducción, que te hace ajustar aún más las curvas sin miedo a perder esa sensibilidad con el asfalto.

La aceleración no es brutal, pero sí coherente con su potencia, y es un gusto pegar el pisotón y comprobar cómo se bajan marchas automáticamente y en un tris estamos a 6.500 rpm, justo el momento en el que se pasa a la velocidad siguiente. El conjunto se siente mucho más, la posición de conducción es muy buena y todo suma para que la sonrisa no se vaya de nuestra cara.

Incluso el consumo, que con poco más de ocho litros, se estabiliza en un registro muy loable para un coche que siempre te va a invitar a hundir el pie en el acelerador y disfrutar de la conducción deportiva. Para ello también disponemos del Drive Mode, que en tres posiciones, se adapta mínimamente a tu estilo. El modo Sport es el más extremo, pero no radical en ningún caso, y eso se agradece en una berlina de 4,85 metros como esta.

Foto Kia Optima GT

No voy a decir mucho de unas plazas traseras gigantes ni de un maletero espectacular, acorde con lo que se espera de su tamaño. También el cuadro de mandos, volante y consola están en la misma línea que un coche que nos ha parecido sobresaliente. Además, el color rojo de la unidad que hemos probado le va como anillo al dedo.

Nos bajamos del GT y nos subimos a una unidad blanca, perteneciente al Plug-in Hybrid. En el momento de empezar este pequeño contacto disponemos de 31 % de batería cargada, lo que da para unos pocos kilómetros en modo exclusivamente eléctrico. Ya metidos en harina en este tema, valoramos enormemente toda la información que nos da la pantalla del navegador, incluso con un radio de acción con una línea verde donde llegaríamos sin gastar una gota de gasolina, un dato que aplaudimos. También hay listado de las estaciones de recarga más próximas y la distancia a las mismas.

Retomando la estética, nos gusta su parrilla, que disimula una pequeña abertura bajo la pieza central negra para ventilar mínimamente la mecánica de combustión. También son acertados los ribetes azules claros metalizados que confirman su condición de híbrido. Justo bajo una de sus insignias se esconde la toma para enchufarlo a la red.

Foto Kia Optima Plug-in

Previamente, en el maletero, en una pequeña y práctica mochila, encontramos el cargador con un cable razonable en cuanto a longitud. Ya que estamos en el maletero, pequeña crítica para KIA, no ya por perder litros de capacidad, sino por solucionar de manera mejorable los huecos que quedan, ya que debajo de la plancha de base aún queda espacio que se podría aprovechar, se ve por una hendidura de varios centímetros, pero la zona está sin forrar y con la chapa vista. Habría que tomar medidas con cierta urgencia en este apartado.

Nos encantan los gráficos que nos indican nuestro grado de eficiencia en la conducción y el estado de la batería, y en qué momento nos encontramos, si tirando del motor de combustión, si tirando de las baterías, si ambas, o recargando la batería. Tenemos un botón que, siempre que quede batería, nos permite circular en modo exclusivamente eléctrico, opción fantástica para esos barrios periféricos en Estados Unidos en los que la vecindad lleva muy mal los ruidos mañaneros a la hora de ir al trabajo. Calidad de vida, lo llaman.

La conducción es suave, cómoda, efectiva. Las suspensiones son muy confortables, y todo en el coche invita a una conducción sosegada, relajada, fácil. Sin embargo, hacemos la prueba de pisar a fondo y esperamos que el bramido sea fenomenal… pero nos cambia la cara por completo al comprobar que es el híbrido más silencioso del mercado de largo. No hay ni rastro del ruido de otros híbridos de la competencia, cuando se exige al máximo el coche. El Optima Plug-in no sale catapultado hacia adelante, ni mucho menos, pero se nota la aceleración y, aparejado, esta vez no va el ruido que esperábamos. Suben los decibelios, pero tan débilmente, que no damos crédito. Increíble. Bravo de verdad.

Foto Kia Optima Plug-in

Con tan poca carga en la batería, nos sale un 5,6 l/100km de consumo en nuestra breve toma de contacto, pero nos vale para hacernos una idea. Y es que nos damos cuenta de que a poco de que la autonomía real se acerque a la que se ha homologado, 54 kilómetros, es un coche perfecto para el día a día, ir a trabajar de lunes a viernes sin gastar una sola de combustible, cargando la batería en casa o en el trabajo, y poder disponer de una fenomenal berlina los fines de semana para escapadas y viaje, gracias a un motor de combustión que tampoco es demasiado tragón y dispone de potencia más que suficiente.

Poco más. En breve echaremos mano al Sportswagon para confirmar las impresiones visuales y hacer una prueba made in revistadelmotor.

Foto Kia Optima Plug-in

Óscar González Soria – oscargonzalez@revistadelmotor.es

 

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