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Ya han pasado 40 años desde que Porsche equipase por primera vez un motor V8 en uno de sus coches. Desde entonces su tecnología se ha vuelto más compleja y el motor V8 es uno de los pilares de la marca.

Modelos de la firma como el 928, Cayenne, Panamera 0 918 Spyder han equipado el motor V8, alcanzando las cotas más elevadas en niveles de conducción, haciendo que estas máquinas se convirtieran en todo un símbolo de referencia en cada uno de sus respectivos segmentos.

Todo comenzó un 8 de julio de 1976. Porsche decidió abandonar a partir de entonces el motor colocado en disposición llana, enfriado por agua, y optar por un propulsor de 8 cilindros, dispuestos en un ángulo de 90 grados en forma de V. Este propulsor se diseñó para impulsar las ventas del primer GT de la marca, el 928.

1976: el inicio

Porsche 928 S

Los primeros motores V8 de Porsche no fueron producidos en serie. Salían de la cadena de montaje para que un grupo de ingenieros desarrollaran estos motores con la mayor precisión. Esto supuso toda una revolución en el continente europeo. La primera generación del V8 se basaba en un motor de 4,5 litros con una baja relación de compresión. Esto fue clave para usar gasolina de forma regular y sin ningún tipo de problema. Este motor daba una potencia de 240 CV a 5.500 rpm.

Casi a comienzos de los años 80, Porsche continuó evolucionando este motor. Con la presentación del 928 S en 1979, la firma de Stuttgart aumentó en dos milímetros el tamaño del motor para obtener un propulsor de 4,7 litros que ofrecía unos impresionantes 300 CV, superando la velocidad de 250 km/h. El grado de compresión aumentó, por lo que este modelo requería un tipo de gasolina superior.

1986: las evoluciones toman forma

Porsche 928 S4

En este año, Porsche quiso modernizarse para estar en lo más alto del mercado europeo. Para ello, introdujo la tecnología del catalizador en el V8. Esta evolución consistió en la incorporación de culatas con cuatro válvulas por cada cámara de combustión y dos árboles de levas por cada banco de cilindro. Con todo ello, el motor siguió creciendo hasta llegar a un propulsor de 5 litros y 288 CV. En 1987, se amplió la potencia con la llegada del 928 S4 y sus 320 CV. Dos años más tarde, salió a la venta una versión GT de este modelo que alcanzó los 330 CV gracias a un control más agudo de la válvula. La producción en línea del 928 terminó en 1995, lo que supuso el fin de la primera era de los motores en V de Porsche.

2002: el regreso del V8 en una carrocería novedosa

Porsche Cayenne Turbo

La segunda generación de propulsores V8 llegó con una de las grandes revoluciones de Porsche . Uno de sus mayores éxitos comerciales, el Porsche Cayenne. Para este modelo se diseñaron dos motores, como el 4,5 litros de 340 CV que montaba el Cayenne S. Más tarde, cuando se lanzó el Cayenne Turbo, se desarrolló un V8 biturbo de 450 CV. Así Porsche consiguió tener el SUV más rápido del mundo. Con la consolidación de este modelo en el mercado, Porsche se puso a evolucionar el turbo del Cayenne Turbo S, ofreciendo un propulsor de 521 CV a 5.500 rpm.

2007: más potencia, misma esencia

Porsche Cayenne Turbo S 2007

Porsche quiso garantizar a sus clientes la máxima potencia de sus modelos sin renunciar a un ahorro de combustible. Por ello presentó en el Cayenne una renovación de sus motores con la incorporación del sistema de inyección directa de gasolina, presentando un nuevo motor de 4,8 litros. Se montaron nuevos turbocompresores con turbinas radiales más grandes, pudiendo adquirir un Cayenne con 500 CV de potencia, un hecho sin precedentes. Como hemos señalado, el objetivo principal de Porsche con la inyección directa fue reducir el consumo de combustible en un 8%.

2009: nuevos modelos, motor V8

Porsche Panamera Turbo 2009

En este año se presentó el Panamera, y con él, un sistema de escape modificado y un sistema de control del motor aspirado que llevaron a esta berlina a ser una de las más potentes del mercado con una potencia de 400 CV y un par motor de 500 Nm. Por su parte, el Panamera Turbo equipaba un propulsor biturbo V8 de 4,8 litros, 500 CV y un par motor de 700 Nm. El uso de materiales más ligeros redujeron el peso de los motores. Las versiones GTS del Cayenne y del Panamera producían una potencia de 420 y 430 CV, respectivamente. Con el desarrollo de estos motores, se llegaron a alcanzar unas cifras de potencia realmente altas, como los 550 CV del Panamera S y los 570 CV del Cayenne S.

Actualidad: la revolución del V8

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En el año 2013 la atención de Porsche no solo se centró en desarrollar la que iba a ser la tercera generación de los V8, sino que además, con la llegada del 918 Spyder, nos encontrábamos ante el primer supercoche de Porsche que se movía por un sistema híbrido. El V8 que monta este modelo es el más ligero de todos los fabricados hasta la fecha, con un peso de 135 kg. Equipa un propulsor de 4,6 litros y 608 CV a 8.700 rpm. Una de las principales novedades de este propulsor es la introducción de bielas de titanio y una reducción en la presión en la zona del cárter del motor y de las culatas. Los pilares de este V8 son el rendimiento que ofrece y el sonido que genera. Aunque, uno de los aspectos que más llama la atención del 918 Spyder es la disposición de los tubos de escape, situados sobre el capó de la parte trasera. La principal ventaja de esto es que permite mantener una temperatura media y así reducir las altas presiones.

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Porsche y sus motores V8: 40 años de unión

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