El Porsche 911 vuelve a sorprender. Abandona los motores atmosféricos y se pasa al turbo. Como siempre, sólo pequeños cambios estéticos para un nuevo 911 que cambia mucho más de lo que se ve. Prueba del Porsche 911 Carrera S PDK de 420 CV. ¡¿Arrancamos?!
Vídeo prueba
El nuevo Porsche 911 rompe muchas barreras. Ha nacido polémico, centro de debates, foco de atención. Como es habitual, hay que esforzarse mucho, pero mucho, mucho, para apreciar los mínimos cambios estéticos, más que evidentes para los fans de la marca que adoran cada producto que sale de la factoría de Stuttgart.
Pero los cambios más significativos, casi revolución, en este Porsche 911 generación 991 MKII están donde no se ven. La adopción de motores turbo frente a los tradicionales atmosféricos, supone para los puristas un cataclismo casi de tal calibre como asumir un pasado en el que la construcción de tanques por parte de Ferdinand Porsche para calmar los ansias de poder de Hitler en la Segunda Guerra Mundial es un hecho documentado.
Volviendo a la realidad más actual, no le puede haber sentado mejor al Porsche 911 cumplir 60 años. Se le ve más en forma que nunca. Fino, elegante, distinguido… pero también deportista y deportivo, en un eterno equilibrio que se reafirma y mejora tras cada paso dado, siempre hacia adelante, no puede ser de otra manera.
Conducir el nuevo Porsche 911 Carrera S ha sido un privilegio, y también un cúmulo de sensaciones, caleidoscópicas, enriquecedoras, impactantes… El mito se ha reinventado, y lo ha hecho echando mano de una característica poco comentada en el mundo de la automoción: la inteligencia. A todos los niveles.
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