Interior y vida a bordo

Si hay una palabra que defina el interior del Abarth 595 Yamaha Factory Racing, es sencillez. El salpicadero tiene un diseño sencillo y efectivo, sin grandes lujos pero con todo lo necesario. En la parte superior del salpicadero encontramos una sencilla radio y debajo están los controles del sistema de climatización. Entre estos dos elementos Abarth incluye tres botones que utilizaremos a menudo. Uno de ello es el de las luces antiniebla, el otro el de las luces de emergencia y el tercero y último es el botón «Sport».

Al pulsar este botón no sólo se ve afectada la conducción del coche, sino que en el interior recibimos algunos indicios que nos indican que este modo está activado. En el tacómetro que indica la presión de funcionamiento del turbo, se enciende en color rojo la palabra Sport. Por otro lado, la pantalla de la instrumentación nos muestra información relativa a la velocidad que circulamos, las revoluciones de funcionamiento del motor y la cantidad de aceleración, en tanto por ciento, que estamos utilizando. A ello hay que sumar una pequeña imagen del coche con información de las fuerzas G que se generan, tanto laterales como longitudinales.

Abarth 595 Yahama Factory Racing Edition Interior (6)

Con el modo Sport apagado, esta pantalla de la instrumentación nos presenta la autonomía en km que nos queda con la cantidad de combustible disponible, el consumo inmediato y un medidor de eficiencia que no terminamos de ver oportuno en un coche como este. El cliente tipo del Abarth 595 no busca un coche eficiente con el que realizar largos viajes gastando lo mínimo posible, sino que quiere un coche con el que divertirse y con el que no preocuparse del consumo en ningún momento. También se puede navegar por otras pantallas que nos indica si la presión de los neumáticos es la correcta. En otras dos pantallas podemos obtener información sobre el kilometraje del último viaje y el consumo medio que hemos tenido.

La deportividad presente en el exterior también se refleja en el habitáculo del coche a través de un volante multifunción deportivo y los asientos deportivos. El volante proporciona un buen agarre y su forma, achatada en su parte inferior, puede parecer que nos ayudará en el momento de practicar una conducción más deportiva. Sin embargo, por culpa del asiento, que no se puede bajar tanto como hubiésemos deseado, cuando practicamos esta conducción deportiva y queríamos mantener las manos fijas, vimos que éstas chocaban con las piernas, obligándonos a moverlas en el volante y tener que convivir con esta forma tan especial del volante.

Abarth 595 Yahama Factory Racing Edition Interior (8)

Tal y como están planteados los ajustes del asiento del conductor, quizá hubiera sido más deseable tener un volante completamente redondo que nos permita mover las manos con más comodidad. Pero no todo con los asientos es negativo. La sujeción lateral es muy buena y por muy rápido que entremos en una curva, nuestro cuerpo y nuestras piernas se mantendrán en su sitio gracias a una pronunciadas orejeras tanto en el respaldo como en el asiento. La sujeción lumbar no es mala y el reposacabezas, que está integrado en el asiento, es prácticamente inútil ya que si queremos apoyar la cabeza en él deberemos adoptar una posición realmente incómoda.

Los asientos no restan espacio a las plazas traseras que, ya de por sí, son bastante anecdóticas. En mi caso, que mido 1,92 metros de altura, el espacio que quedaba para las piernas en la plaza trasera izquierda era inferior a los 25 cm, lo que imposibilita que un adulto pueda sentarse detrás con comodidad. El acceso a dichas plazas es también sumamente complejo para un adulto de cierta altura. Sin embargo no creemos que esto sea determinante en el momento de adquirir una de las 25 unidades de este Abarth 595 Yamaha Factory Racing, puesto que los clientes buscan un coche para conducir y disfrutar, no para llevar a la mayor cantidad de personas posible. Para ello hay otras opciones en la propia gama Fiat como son el 500L o el 500X.

Abarth 595 Yahama Factory Racing Edition Interior (3)

A nivel de materiales y ajustes, hemos de reconocer que tenemos la opinión algo dividida. Los ajustes no eran malos pero tampoco brillantes y el plástico duro y rugoso domina a sus anchas el habitáculo de este coche. Si lo pensamos en frío, no es algo que deba asustarnos puesto que estamos ante un coche urbano, un segmento en el que los plásticos duros dominan con claridad. Pero, por otro lado, hacernos con este coche nos cuesta 21.500 euros y por ese precio encontramos, en segmento superiores, coches con mejores materiales en el salpicadero y los paneles de las puertas.

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