El australiano condujo el 550 A Spyder y el nuevo Boxster Spyder.
Mark Webber es un aficionado de los Porsches antes incluso de correr en el Campeonato Mundial de Resistencia con un 919 Hybrid y cuenta con una colección particular de modelos del fabricante alemán.
Mark Webber asitió a las 6 horas de Silverstone en un Porsche Boxster Spyder, el nuevo roadster de la marca de Stuttgart de 375 CV. En cuanto lo vio, el piloto comentó que le recuerda al «hermano menor del Carrera GT». Esta versión, aparte de la característica estética de la carrocería, cuenta con nuevos spoilers, nueva cubierta del motor y suspensiones rebajadas.
Aparte, prescinde de elementos como la radio, wl aire acondicionado o la caja de cambios PDK, en favor de una manual de seis marchas, todo con el objetivo de ahorrar peso. El techo de lona ha sido mejorado, se han reducido el número de pasos y cuenta con accionamiento eléctrico y manual, con el fin de reducir el número de kilos en la báscula.
Webber no duóa en elogiar la postura de conducción de este Boxster Spyder. Durante el camino, el australiano puso a prueba al Boxster Spyder y destacó especialmente el buen funcionamiento de la caja de cambios de seis relaciones: «Esta caja de cambios es increíble», llegó a decir.
El motor de 3,8 litros de seis cilindros bóxer del Carrera S también fue alabado, especialmente por el par a bajas revoluciones. Al llegar al circuito, el piloto descubre otra sorpresa: un Porsche 550 Spyder aparcado junto al Porsche Experience Center.
El Porsche ganó en su categoría en Le Mans en 1953 con un 550 Spyder y la Targa Florio en 1956 con un 550 A Spyder, una versión posterior con modificaciones en el chasis, como la que había en Silverstone. El objetivo de Webber era simple: tratar de escapar con el 550 Spyder del Boxster Spyder en el circuito inglés. Con un motor 1.5 de cuatro cilindros bóxer y 110 CV en el 550 A Spyder, el Boxster tuvo que esforzarse para poder seguir el ritmo de su predecesor, donde Webber disfrutó al máximo de su conducción, rodando ambos coches cada vez más rápido vuelta tras vuelta.
«Fue increíble. El sonido y la velocidad de forma conjunta han sido sorprendentes», dijo antes de bajarse del coche. El único aspecto que no le gustó fueron los frenos, con unos tambores con un rendimiento y tacto del pedal mejorables. Sin embargo, añadió que tanto el 550 como el Boxster Spyder están enfocados para que el conductor se centre en lo que realmente importa: «disfrutar de la experiencia de conducción«.