… Sin embargo, es mejor hacer caso.
Esas dos frases debieron pensar Vettel y Rosberg respecto a las órdenes de equipo transmitidas vía radio. Y es que hoy hemos vivido la misma situación en dos equipos diferentes, con un resultado muy distinto.
Hoy no trataremos sobre la idoneidad de las órdenes de equipo o si es demasiado pronto para comenzar a destacar a un piloto sobre el otro. Simplemente, veremos la situación vivida en Mercedes y en Red Bull y cómo ha terminado en ambos casos.
Llegados a la recta final de la carrera, Webber rodaba en primera posición con Vettel por detrás, mientras que los dos Mercedes de Hamilton y Rosberg iban juntos pero a una distancia considerable de los Red Bull. En ambos muros quisieron ser conservadores y dieron la orden de bajar el ritmo y de cuidar el motor y los neumáticos a Webber y a Hamilton.
En esta situación, Nico Rosberg comunicó en dos ocasiones su mejor ritmo frente al de Hamilton, pero Ross Brawn le cortó rápido las alas al piloto alemán diciéndole que la decisión estaba tomada y que la carrera había terminado. Ante esto, apareció la resignación en un Rosberg claramente superior a Hamilton, pero que decidió respetar la decisión del mandamás y terminó la carrera en cuarta posición.
Al final, en el podio, el propio Lewis Hamilton reconoció que el merecedor de la tercera plaza era su compañero de equipo. Y, en el corralito, Nico Rosberg reconoció que le hubiera gustado poder adelantar pero que la orden de equipo era clara y la respetaba porque él trabaja para Mercedes.
Así, parece que Ross Brawn ha decidido hacer un «quid pro quo» y será Hamilton quien tenga que acatar las órdenes de equipo en favor de Rosberg en otra ocasión.
Pero, en Red Bull no ocurrió lo mismo. Desde el muro dieron una orden similar a la de Mercedes, por lo que Webber debía cuidar el coche pero sin preocuparse por perder la victoria, ya que Vettel lo iba a respetar. Pero no fue así, ya que el alemán decidió por cuenta propia saltarse la doctrina del equipo y adelantó al australiano, no sin antes protagonizar una encarnizada y bonita lucha en la que Webber no parecía darse por rendido. La respuesta de Webber al adelantamiento de su compañero de equipo fue una peineta, sin duda un gesto antideportivo que no nos gusta, pero que pone en evidencia el malestar del piloto australiano.
Finalmente la victoria fue para Vettel y el segundo puesto para un enfadado Webber. Al terminar la carrera Vettel sí se acercó al muro para saludar al equipo, pero Webber cruzó la línea de meta por el lado opuesto del trazado.
Fuera de los coches, en la zona previa al podio, Webber dedicó unas escuetas y concisas palabras a Vettel: «Multi 21, Seb… Multi 21». Palabras que nos hacían pensar en un código que indicaba una orden en particular y que el alemán se había saltado y así lo confirmó el propio Mark Webber en la entrevista que Martin Brundle realizó en el podio, donde pudimos escuchar palabras duras de uno contra otro, contra un Sebastian Vettel que se mostró arrepentido más tarde y pidió disculpas, pero seguro que ese detalle llegó tarde y no mitigó el enfado del australiano.
Si en 2010 hubo lío en Red Bull cuando ambos pilotos abandonaron al colisionar mientras luchaban por la victoria del GP de Turquía, seguro que esta vez no va a ser menos, ya que no podemos olvidar que no es la primera vez que Mark Webber ha tenido varios choques con el equipo por un trato de favor hacia Vettel.
Pero, seguro, que lo ocurrido en el día de hoy marcará un antes y un después en el equipo y en lo que a órdenes de equipo respecta. La duda que nos asalta es si, en un futuro, Webber podrá tomarse la revancha y hacer oídos sordos a una orden de equipo o, si por el contrario, la escuadra austriaca seguirá protegiendo a su tricampeón.